De las 3 partículas que constituyen la materia observables (protones, neutrones y electrones), al menos dos no son elementales. Desde los años 70 se conoce que tanto los neutrones como los protones están compuestos por tres quarks pero nunca se ha podido observar un quark libre.
Para explicar esto, se le asigna a cada quark llevaba una carga conocida como “color” (obviamente no tiene nada que ver con el concepto normal de color) tomando los valores rojo, verde o azul en los quarks y antirrojo, antiverde y antiazul en los antiquarks. Se postula un fenómeno denominado como confinamiento que solo permite observar libres a combinaciones “incoloras”, tales como rojo-verde-azul, rojo-antirrojo, etc. Las combinaciones de 3 quarks son denominadas bariones (siendo los protones los únicos bariones estables en estado libre) y las combinaciones quark-antiquark (todas inestables en estado libre) son denominadas mesones (piones, kaones, etc.).
Si bien no se ha conseguido hasta el momento una explicación completa del fenómeno del confinamiento, uno de los factores claves parece ser el hecho de que la atracción entre los quarks no disminuye con la distancia y tiene un valor grande incluso desde el punto de vista macroscópico: ~16 toneladas (!).